Bailar con la tormenta

ya os conté alguna vez que la vida nos da lecciones que  no somos capaces de aprender, el problema es que suele hablarnos cuando tenemos los oídos tapados.

Además, todo es más difícil o más fácil de lo que parece. 

Nada es lo que parece, todo es totalmente subjetivo. A pesar de mis intentos por aprender de la gran señora "la vida" vuelvo de nuevo al mismo ciclo, a vivir de nuevo mis errores, a volver a cometerlos. Siempre con todas sus consecuencias. Las mismas discusiones, las mismas penas, los mismos dolores, el mismo llanto, la misma ira, la misma dureza en el alma y en el corazón. Para mí este no es un estado natural, es antinatural. Yo solo sé sonreír y girar la cabeza hasta ver siempre la botella medio llena. Así es como me siento bien. Así supervivo...

Cuando sentimos que nos caemos de nuevo en el mismo lugar, retrocedemos en nuestra historia y volvemos a puntos de desarrollo inversos a nuestro proceso natural. No sentimos mal. Nos sentimos a morir. Caminamos porque tenemos un lugar a donde ir pero no por el placer de caminar. Vivimos porque tenemos que vivir. Nunca por el placer de hacerlo, de vivir, de pasear.

Puede parecer que después de la tormenta siempre llega la calma pero no, señores, estamos equivocados. Después de una tormenta pueden venir 15 tormentas más hasta no dejarnos levantar la cabeza.  Cuando al fin pasan las tormentas tenemos la ilusión de pensar que tras tanta desgracia algo genial, magnífico e inesperado nos aguarda, pero no. Viviremos en la ilusión hasta la próxima tormenta y de nuevo nadaremos por la esperanza descuidada de pensar en momentos mejores y cielos despejados.

El Kit de la cuestión está en VIVIR CON LO QUE SEA, SACAR LO MEJOR DE CADA MOMENTO Y BAILAR CON LA TORMENTA. si no es así, solo podemos Sobrevivir.

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