Diario de un avance



Hoy es uno de esos días en los que hay que escribir para volver a pintar el mundo de color. Ha sido una semana de perros. Entre la última corrección, los contratiempos con la editorial, la delimitación de bandos en esta guerra absurda que se ha levantado de forma pública, las preocupaciones por aquellos a quienes quieres y que ves desaparecer... y finalmente, el segundo aniversario de la muerte de mi padre.


Pues, la verdad, hoy me he levantado antes para disfrutar y coger fuerza para la semana que vendrá. Bueno, también hay cosas buenas: mis tazas, mi niña diciendo mami y voy. La mañana de sábado con mi marido, los nuevos avances en el trabajo... Es importante hacer recuento cuando las fuerzas flaquean. 


Por otra parte en unos días los proyectos pasarán a ser hechos. Por una cama de princesa estará en la calle, expuesta al juicio y perjuicio. En fin, que pase lo que tenga que pasar, mientras tanto... ¿Un café en una taza con encanto? 


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